Aceite de Cannabis al 10%.
La marihuana en su composición tiene altos índices de THC (tetrahidrocannabinol, también conocido como delta-9-tetrahidrocannabinol). Este compuesto es altamente psicoactivo y es el que produce en sí el colocón habitual de la marihuana. En cambio el cannabis no contiene THC, pero si contiene un compuesto llamado CBD (canabidiol). Este es la parte medicinal de la planta a diferencia del THC. Cuando en nuestro organismo fluye el canabidiol se produce un efecto terapéutico en el que vamos a dar solución a muchos de nuestros problemas de salud.
Esta sustancia ya se empezó a utilizar hace miles de años por la antigua cultura china haciendo uso para diferentes dolencias.
Para empezar diremos que el canabinoide se extrae de tres plantas en concreto:
Cannabis sativa: Alto contenido de THC y bajo contenido en CBD.
Cannabis índica: Alto contenido de THC y bajo en CBD.
Cannabis ruderalis: Bajo contenido de THC y alto contenido de CBD.
A pesar de todo lo expuesto anteriormente, hoy en día se ha manipulado la genética de estas plantas consiguiendo cannabis sativa con bajos contenidos de THC y altos contenidos de CBD y al contrario se ha conseguido en el cannabis ruderalis altos contenidos de THC y bajo contenido de CBD. Por lo cual cuando adquiramos uno de estos productos debemos prestar atención especialmente a un aceite con alto contenido de CBD independientemente de la planta de la que se extrae.
Propiedades del aceite de CBD
Nuestro organismo tiene un sistema de comunicación intercelular llamado sistema endocannabinoide que se encuentra tanto en nuestro órganos y tejidos así como en nuestro cerebro.
Gracias a este sistema cuando recibe CBD nuestro cuerpo experimenta una regulación de nuestro estado de ánimo, la dolencia, la memoria, así como el insomnio y el apetito..
Ideal para todo tipo de dolor crónico tipo artrosis, artritis, dolor tumoral o cualquier dolor articular.
Retrasa y previene el avance de enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, cefaleas, migrañas, esclerosis multiple, distrofia muscular, epilepsia, etc.
Este aceite reduce la tensión arterial previniendo episodios de infartos y accidentes cerebrovasculares.
Muy apropiado para tratar problemas de insomnio, ansiedad, depresión.
Especialmente indicado para tratamiento del cáncer. Ayuda a reducir el dolor y a sentirse mucho mejor a la hora de ser tratado con quimioterapia.
Las propiedades a nivel cutáneo son inmensas. Trata cualquier afección como psoriasis, dermatitis, pruritos (picores), acné y cualquier problema que nos podamos imaginar. Además es un potente antioxidante que ayudará a mantener la piel más joven.
¿Cómo tomar CBD?
No estaría de más consultar con tu especialista para la administración de este aceite. Pero un consumo responsable es la forma más adecuada. Basta con consumir entre 2´5 mg y 5 mg de este aceite para empezar a notar los primeros beneficios y si no, subir la dosis de 5 en 5 mg. Recomendamos tomar CBD con una concentración de 2,5%, 5% o 10%.
Hay que tener en cuenta que el consumo ideal no es lo mismo en una persona con una complexión delgada que gruesa. Y no es lo mismo para dolores leves que más acentuados.
El consumo de dosis altas puede provocar efectos secundarios como náuseas, diarreas, cansancio, somnolencia y sequedad de la boca. Basta con reducir la dosis para disminuir estos efectos sin producir efectos indeseados en nuestra salud.
La interacción con algunos medicamentos puede desencadenar efectos secundarios del propio medicamento. Por citar algunos, diremos que los anticoagulantes, algunos antiinflamatorios o ansiolíticos pueden aumentar los efectos adversos de los medicamentos tomados. Esta es una de las razones por la que se debe consultar con un especialista. El CBD no tiene ningún efecto secundario si se toma sin medicación.