El mejor aliado en la cocina
- Félix Corral

- 7 jul
- 1 Min. de lectura

Un descuido en la cocina y ¡zas!, una pequeña quemadura. Para esos incidentes leves, el aceite de caléndula es un verdadero bálsamo. Extraído de la flor de Calendula officinalis, este aceite es un imprescindible en cualquier botiquín casero, tenlo siempre a mano.
Sus propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y regeneradoras lo hacen ideal para calmar la piel irritada por el calor. Aplicado suavemente sobre la quemadura (una vez enfriada con agua fría), ayuda a reducir el dolor, la hinchazón y a acelerar el proceso de curación, previniendo posibles marcas. Es suave, natural y perfecto para aliviar esas pequeñas "batallas" culinarias. Recuerda, para quemaduras más graves, siempre busca atención médica.




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