¡¡Dichosa Rosácea!!

El aceite de jojoba no es un aceite en sí, sino una cera líquida cuyas propiedades son notablemente similares al sebo natural de nuestra piel. Esta característica lo convierte en un excelente aliado para pieles sensibles y, en particular, para quienes sufren de rosácea.

Sus principales beneficios para la rosácea radican en su naturaleza no comedogénica (no obstruye los poros) y su capacidad para equilibrar la producción de sebo. Al ser ligero y bien tolerado, ayuda a calmar la inflamación, reducir el enrojecimiento y proporcionar hidratación sin irritar. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes contribuyen a proteger la barrera cutánea, esencial para mantener la piel con rosácea más estable y confortable. Un toque de jojoba puede ser un respiro de calma para tu piel.