¿Cómo actúan los tóxicos en nuestra piel?
- Félix Corral

- hace 1 día
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Ante un exceso de toxinas, el sistema emuntorial, que es el sistema de limpieza del cuerpo, se ve sobrepasado. Este sistema está formado principalmente por el hígado y los riñones, con el apoyo del intestino, la piel y los pulmones.
Cuando los residuos superan la capacidad de eliminación, se produce una acumulación de toxinas a nivel emuntorial. Las toxinas que el hígado debería neutralizar y los riñones excretar se almacenan provisionalmente en el tejido conjuntivo, dando lugar a una disfunción.
Este proceso afecta directamente al entorno celular, primero alteración de la Matriz Extracelular (MEC). El medio donde viven las células, conocido como MEC, se "intoxica" por la acumulación de toxemia. Como resultado, su pH se acidifica, se deshidrata, se densifica y se vuelve rígido. Esta alteración de la MEC dificulta la comunicación intercelular y genera un exceso de radicales libres, los cuales aumentan los procesos de oxidación celular. Y luego con el sufrimiento celular. Antes de que la célula enferme, lo hace el medio en el que habita. Las toxinas que logran penetrar en el interior de la célula pueden provocar inhibición de la acción enzimática, bloqueo de factores no enzimáticos, interactuar con los genes y consumir energía de forma excesiva. Todo esto ocasiona un sufrimiento celular por crisis energética que, con el tiempo, conduce a la enfermedad.
El hígado intenta gestionar esta carga tóxica a través de un proceso enzimático de dos fases para neutralizar y eliminar las toxinas. Sin embargo, si este sistema se desequilibra, las sustancias se acumulan primero en la MEC y posteriormente afectan a las funciones de los órganos emuntoriales.
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