El champú sólido sigue siendo un gran desconocido para la mayoría de los mortales. Estamos demasiado acostumbrados a los grandes envases de plástico y a las prisas a la hora de comprar. Sin embargo, somos conscientes de que cuando una persona prueba un champú en pastilla de calidad, rara vez vuelve al tradicional. Esto se debe, no solo a la calidad que ofrecen los champús sólidos, sino también a la creciente conciencia sobre el beneficio de su uso para el medio ambiente en comparación con los champús líquidos de toda la vida.
Hoy, queremos resumir brevemente algunas de estas ventajas:
El champú sólido dura muchísimos lavados, por lo que resulta muy rentable. En el caso de nuestras pastillas, se pueden aprovechar para 50-60 lavados. No está mal, ¿no?
No necesitan emulsionantes, siliconas o parabenos y se necesita mucha menos agua para su elaboración. Comprando este tipo de producto, ahorramos agua.
Su envasado es mucho más sostenible y totalmente biodegradable porque no lleva plástico. Nosotros, envolvemos nuestros champús en papel de seda ecológico.
El champú sólido es biodegradable y más respetuoso con el medio ambiente porque no deja en el agua los residuos que generan los champús convencionales.
El champú en pastilla es ligero y puedes transportarlo con facilidad sin ocupar demasiado espacio ni peligro de que se derrame. ¡Ideal para viajar en avión!
Y por último, y no menos importante, el pelo dura más tiempo limpio y está más sano. Al tratarse de champús sin siliconas el cabello se oxigena mejor y queda más suelto.
¿Se te ocurren más motivos para pasarte el champú sólido?
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